jueves, 17 de noviembre de 2011
LATRAGEDIA DEL EMIGRANTE
Desde Frankfurt An Main (Alemania) tramite con toda celeridad el pasaporte de Celia , en cuyo documento se incluyeron las dos niñas. De ésta forma y con el avión dispuesto, por mis compañeros -aparcado justo a la puerta de mi despacho-, un día 18 de Mayo,-como consta en el pasaporte-, se desplazaron a ésta ciudad alemana en vuelo regular , donde me encontraba, para acompañarme durante los días que faltaban en acabar ese mes de 1964. Paloma tenia 2 años y medio y Blanca casi 10.
De esta manera y con todas las atenciones que mis compañeros les dedicaron
llegaron a éste aeropuerto a bordo del avión que se aprecia en la fotografía . Un DC-8 -52 de nueva adquisición cuya matricula era EC-ARC. El comandante Racarte, así como toda la tripulación, siempre estuvieron al detalle para cumplir los deseos de las niñas o de mi esposa. El regreso sería otra cosa porque ya volvimos todos y he contado muchas veces el comportamiento de las niñas.
Y tras éste proémio llega lo que yo siempre consideré como "La tragedia del emigrante".
-Quisiera explicar ,-en primer lugar- ,que la realidad de éstas letras corresponde a un fuerte impulso de mi voluntad movida por el gran resorte común donde convergen mis ideales, - que ya desde muy niño conociera y practicara en nuestro querido Pueblo.
- Ya desde muy jóvenes hacemos nuestras conjeturas acerca de ésta o aquella especialización u ocupación que nos atrae, que nos gusta; sinceramente "SOÑAMOS" entre un mismo grupo de amigos, con la conquista de la mecánica, del profesorado o de la medicina.
Pero cuanto mas transcurre el tiempo, mas necesario se hace ,-para conquistar nuestras metas-, tener que abandonar aquellos parajes que en tantas y tantas ocasiones fueron testigo de nuestras conversaciones , de nuestros deseos.
El paseo de La Soledad ,los Arcos de La Plaza y las columnas de los soportales son testigos vivientes de ello.
Con éstas ideas alojadas en nuestra mente partimos hacia la gran ciudad rebosantes de ilusión, aunque bien sabe la providencia que con pasos tituveantes e inseguros. .Allí, en la "gran ciudad",por haber de "TODO" ,-pensamos., nos será mas fácil lograr nuestros anhelos puesto que en nuestro recóndito Pueblo Castellano, que acabamos de abandonar, no encontramos como satisfacer ,nuestras aspiraciones.
--Así, al llegar a la gran ciudad nos encontramos aturdidos, alelados , y fuera de nuestro tranquilo y pacífico ambiente. Ante este súbito cambio, en nuestro rostro, se dibuja la incertidumbre ,la duda y la admiración por aquello desconocido que nos sorprende cada momento. Se descubre en nosotros la imagen del llamado "Pueblerino·. y como consecuencia nuestra faz presenta ése característico éxtasis que refleja la duda, la sorpresa ,la ignorancia. En definitiva presentamos los rasgos que algunos llaman "cara de paletos".
--Es entonces cuando sentimos que hemos dejado , -allí en nuestro pueblo-,una parte de nuestra vida, unos sentimientos propios que nos aferran a los seres queridos, a los amigos ,a los rincones de los que jamas tuvimos idea que serian tan importantes en nuestro ·"destierro."
Y de ésta manera pasamos de aquella actividad, serena, tranquila, al calor de nuestros hogares de nuestros hermanos y amigos al lugar donde tanta gente no se conoce, cada cual camina por donde le parece. De aquella calma a este ir y venir, de aquella paz y sosiego a este mundanal ruido, agravado por por las ensordecedoras máquinas,y de una atmósfera limpia sin contaminantes a otra totalmente corrompida y contaminada por el quemar de los combustibles; de la voz,de "alto" al trabajo, por el estridente chirriado de las sirenas en las fábricas. -
Es obvio pues, que el tradicionalismo, y el amor a nuestros pueblos constituyen el grato placer de estar entre los nuestros, siendo éste, ese imán permanente que nos atrae a todos cuantos por razón de nuestra necesidad de abandonarlo nos encontramos lejos de él. Pero no solo es la soledad de que, con tanta gente, no se conozca nadie, ni que no puedas andar de prisa porque no te dejan, y si vas despacio te atropellan, De que lleguemos a casa y nos dejemos caer en la primera silla que encontramos para soltar frases como ésta: . ¡¡No hay quien ande por la ciudad!.
Es esa sensación de tener tantas personas ante ti y no ver a nadie de tenerte que acostumbrar al impertinente ruido y las prisas, a la celeridad del caminar o al sentir en tu propia persona que allí eres un "forastero· un intruso en una ciudad que no es tuya que no la conoces. Y ahora llega lo mas importante : ¡Que nadie se para a saludarte! ¡Que te apena la tristeza por la ausencia de tu familia y que no puedes compènsar con nada ni nadie!, aquella carencia de amor ,por la separación . ¡¡Cuantas veces lo he pensado y cuanto mas lejos de mi tierra,de mis hijas de mi familia aún mucho mas!!.
-- Sobre todo durante mis continuos viajes al extranjero. Quizá por la gran cantidad de lágrimas que he visto derramar en recuerdos de seres queridos tomé la decisión de que por aquellos días me acomnpañasen mi mujer y mis hijas; y así ver, con sus propios ojos las vicisitudes que tenían que atravesar aquellas gentes, que no podían tomarse una cerveza porque necesitaban el dinero para comer o mandar a su familia.
Imborrable fue la escena que presencié aquella tarde paseando por las calles de Frankfurt cuando oí el grito de mi hija Blanca:
"- Las niñas habían quedado ligeramente rezagadas de nosotros ,-su madre y yo-.De repente oímos que la mayor, -Blanca-,me llamaba en grito. Fue entonces,cuando intuitivamente volví la cabeza y presencié aquella escena que tan amargo recuerdo dejara en mi.
--Un señor, correctamente vestido, joven como de unos 35 años y en posición de rodillas en tierra trataba de hablar con Palomi,la mas pequeña de mis hijas-
-El debió. preguntar a la niña su nombre, o su edad, a lo que ésta, -quizá la mas pequeña, en muchas millas que hablara nuestro idioma-, contestó correctamente aunque no por ello dejaba de estar asustada. Aturdida.
- Nunca supe que hice para acortar la distancia que nos separaba y colocarme ante aquella persona tan rápidamente-, pero al acercarme comprobe atónito y lleno de asombro que los brazos de este señor ,- y en aquella posición. de súplica-, rodeaban el frágil cuerpo de la pequeña, la cual insistía en zafarse por todos los medios posibles.
--¡¡¡Que hace usted, hombre !!!- Le grite.
-En ese preciso momento mi desconcierto era total, no sabia si se trataba de un rapto, de un degenerado o de un simple borracho.
-Pero al levantar su cara para contestar aquella amenazadora y desconcertante pregunta, percibí la mas amarga escena de que pueda acordarme. Aquella persona estaba bañado en lágrimas, aflijido y con ese nudo en la garganta que en muchas ocasiones no nos permite emitir palabra alguna. No podía decir nada, solamente de sus ojos brotaban las lágrimas por el recuerdo de una ausencia . Al fin y entre sollozos pudo decir:
-¡Por favor,se lo suplico!- Déjeme dar un beso a la pequeña-
-La niña, -que parecía comprender la situación-,acercó sus labios al rostro de aquel joven; y recuerdo como, después de darle un beso
ésta pasaba el dorso de la pequeña mano por su cara en clara alusión a su limpieza.
--Aquel hombre, entre sollozos y lágrimas continuaba acariciando con su mano derecha la rubia cabellera de Palomi.
--¡¡"Miren ustedes,yo tengo una niña de su misma edad allí en nuestra tierra!! a la que deje nada mas nacer, por ello, y al oír hablar nuestro castellano,y viendo a esta pequeña criatura ,-.¡ perdoneme!, pero no pude contenerme y me arroje al suelo para poder así hablar con ella....¡Mi hija tiene su misma edad y me acuerdo tanto. ."
--Este señor, -del que no sabíamos ni su nombre-, se puso en pie y tomó la niña en sus brazos extrajo del bolsillo de su americana unas fotografias , que como talismán inseparable guardaba . .
Al fin pudimos comprobar que tenia esposa y dos hijas también del tiempo de las nuestras,a las cuales no había podido ver en mas de dos años.
-El elevado coste del viaje, el tesón de hacer cuanto antes el máximo de dinero y el no menor deseo de hacer cuanto menos el tiempo fuera de su patria , de su pueblo, de su gente, le impedían hacer el viaje que después pudimos solucionar .
-Ante mi aprobación para que pudiera acariciar a la niña éste hombre se deshacía en carantoñas con ella diciéndole cosas que se gravaban en el corazón .Quería comprarla de todo; ya le sobraban los"marcos", - que estoy seguro tanto le costaban conseguir-, al fin y tras unos momentos de agradable charla por este suceso nos daba las mas expresivas gracias limpiando sus ojos con un blanco pañuelo que sacara del bolsillo superior de su americana.
Lo que menos me interesaba ya era ésto, lo mas consistía en poder mitigar el dolor de aquella persona,de aquel padre que las necesidades le hicieron separarse de su familia querida. Allí quedo después de un buen rato de charla meditando sobre sus propósitos que son los mismos que a todos nos inducen a salir de entre los nuestros .
-¿Hastas cuando ?-. Me pregunte.
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esto me lo contaste mientras te pusiste a relatarlo en tu blog.... Si en el mundo hubiera muchos hombres y mujeres con tu sensibilidad sería el mundo mucho mejor... Gracias por ser como eres Julian. Un beso y sigue escribiendo...
ResponderEliminarMe imprsiona esto un monton Julian con aquel señor y tu familia y lo de la gran ciudad me paso a mi tambien y es totalmente cierto lo que cuentas y sigue pasando
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