Tenia mi madre, -heredado de mi abuela-, un fondo en la mirada digno de tener en cuenta.
Esa mirada perdida que , al parecer no está en ningún sitio fijo y que no se dirige a ninguna parte en concreto, está precisamente mas ocupada que nunca y fijo su pensamiento en otro menester.
Damos la impresión los que hemos heredado ésa singular forma de mirar, de estar absortos en algún problema u ocupación por solucionar pero no, no es así, precisamente porque soy hereditario de ella siento en ese momento que me olvido de todo para centrarme en un asunto mas importante que lo que nos rodea o tenemos en conversación.Sentimos nosotros los herederos una sensación de alivio al tener por fondo reflejo un horizonte imaginario, pero que no existe ni ha tenido jamas razón de ser y por supuesto, -ese horizonte-, al no existir para robar nuestra atención nos deja libremente el pensamiento para analizar mas y mejor el razonamiento que debemos sacar de el asunto que nos ocupa.
He contemplado a mi madre en infinidad de momentos con ésa mirada perdida,
Momentos inolvidables y transcendentales para nuestra propia vida , y a esto se asoman en mi mente escenas cuajadas de emoción y de.........
